Muchas personas crecemos vinculadas con la belleza. Pero lo que para algunas se manifiesta solamente como una inquietud, para otras se perfecciona hasta convertirse en una profesión.

Es así como la carrera de cosmetología da lugar a quienes hacen de la estética integral y la mantención de la salud, un servicio que va más allá de la imagen.
Mediante un agudo conocimiento de la anatomía del cuerpo humano y de la piel, así como de estudios físicos y químicos, el cosmetólogo se convierte en uno de los responsables del tratamiento a pieles que preceden un diagnóstico médico.
Una experiencia que además de satisfacer la vocación e intereses personales, gratifica al prestar soluciones y despertar estimas en terceros.

COMPETENCIAS

El área de formación académica de Pichara Group imparte la carrera de Cosmetología y Masofilaxia tanto en Santiago como en Viña del Mar, donde se prepara a sus alumnos para rendir el examen de competencias cosmetológicas que regula el Servicio Nacional de Salud.
El éxito en la formación que refleja este resultado se debe a una malla curricular que está altamente orientada a un desarrollo práctico de las competencias profesionales, lo que a futuro le permitirá al egresado desenvolverse en el ámbito de la belleza con una marcada sensibilidad estética en su extensión.
Evelyn Cuevas, profesora de la carrera en el Instituto Pichara de Viña del Mar afirma que la clave en la preparación de sus egresadas radica en “el intenso desarrollo práctico para responder a los requerimientos actuales. El perfil de la cosmetóloga Pichara se basa en tener un conocimiento teórico pero sobre todo práctico en tratamientos faciales, corporales, manos y sus anexos, técnicas de depilación y pestañas, entre otras, que constituyen las principales demandas de hoy”.
“Las principales competencias están en un perfecto conocimiento y desarrollo de tratamientos anti age, hidratantes, tensores, desmanchadores, reductivos, correctores celulíticos, reafirmantes y técnicas de estética integral, que marcan la diferencia con otros profesionales”, agrega.
Con estas herramientas podrán trabajar tanto en centros de estética, spa, gimnasios y empresas, o bien, brindando asesorías de imagen o generando sus propios campos de trabajo.
RECONOCIDAS POR EL SERVICIO DE SALUD
No basta con egresar de cosmetología de una academia. Toda cosmetóloga profesional debe rendir un examen final ante el Servicio de Salud que la acredite como experta y habilitada para el ejercicio de la profesión.
Esta entidad ministerial establece normativas estrictas y requisitos personales, a los cuales Institutos como el de Pichara Group, atiene rigurosamente asumiendo esta responsabilidad sobre sus alumnos.
“Nuestro grado de exigencia sobre un número reducido de alumnos y una educación personalizada, ha sido clave para lograr posicionarnos entre las academias de cosmetología en Viña del Mar y un ejemplo de ello fueron los últimos resultados de nuestras alumnas ante el Servicio (99% de aprobación entre las mejores posiciones del ranking de notas). A Pichara le interesa la calidad de sus egresadas por sobre la cantidad”, comenta la docente.
En tanto, al ser consultada respecto a la polémica acerca de otros profesionales del área de la salud con los que últimamente han debido compartir campo laboral, Evelyn Cuevas lo atribuye a una estrategia para hacerle frente a la escasez de plazas laborales de estas carreras “que no necesariamente suponen un correcto quehacer cosmético”.
“Hemos tenido que aceptar a estos profesionales que no son expertos en el estudio de la piel porque no se pueden insertar en el campo laboral que les corresponde. Sin embargo, la nuestra es una carrera que cumple con la normativa del Servicio de Salud y su malla curricular cuenta con una formación que nos da dominio sobre los tratamientos y un completo protocolo al minuto de asistir a un paciente, asuntos que un kinesiólogo no maneja por esencia”, explica.